¿Evidencias de la existencia de un Creador?
Breve resumen con lo más sobresaliente a mí parecer del capítulo 5 del Libro Fe y Ciencia.
Durante mucho tiempo, los seres humanos nos hemos preguntado cuál podría ser la causa de todo, y hemos llegado básicamente a dos conclusiones.
- Los epicúreos antiguos, al igual que los darwinistas modernos, explican todo como resultado de la casualidad y las propiedades intrínsecas de la materia. Cicerón resumido las creencias epicúreas de esta manera:
“También nos ha enseñado que el mundo fue hecho por la naturaleza, sin necesidad de un artífice para construirlo…” [1]
- La otra conclusión es que el mundo parece ser un producto de diseño intencional o consciente y, requiere de un creador para explicar su existencia. Esta versión aparece en la Biblia y el apóstol Pablo la resumen de la siguiente manera:
“Porque los atributos invisibles de Dios, su eterno poder y divinidad, se ven claramente desde la creación del mundo, y se extienden por las cosas que han sido creadas; de modo que no tienen excusa.” [2]
Los cristianos a la par que muchos judíos, musulmanes, hindúes y otros creen que el diseño en la naturaleza aporta evidencias de un Creador.
Evidencias de diseño y lo inadecuado de la casualidad.
El fenómeno de interdependencia, que se observa en la naturaleza, es un argumento a favor del concepto de diseño. La interdependencia consiste en que los diversos organismos se apoyan unos con otros para beneficiar a la totalidad de un enorme y complejo sistema integrado.
El carbono está formado por las partículas subatómicas precisas, las fuerzas fundamentales del universo poseen exactamente los valores correctos. El universo mismo parece ser precisamente el tipo adecuado de universo para sostener vida, La Vía láctea es el tipo apropiado de Galaxia. Nuestro sistema solar está ubicado correctamente dentro de la vía láctea y nuestra tierra posee las características precisamente favorables para la vida y órbita alrededor de nuestro precisamente adecuado sol, de manera que todo el sistema coopera para la existencia de una gran diversidad de organismos vivos. [3]
La gravedad, el agua abundante, la existencia de la luna, el eje de inclinación de la Tierra, las corrientes marinas, todo esto y más interactúa de manera elegante, maravillosa, para que la vida puede existir en la tierra.
Es posible narrar una historia naturalista que explique el origen del universo y de la Tierra que sostiene la vida. Pero se plantea una pregunta filosófica que necesita respuesta antes de llegar a una conclusión: ¿Cuántas coincidencias deben ocurrir antes de que algo real se ha atribuido al diseño de una inteligencia en vez de simplemente el azar o de la buena fortuna?
Una naturaleza en la que la casualidad fuera posible, el azar sería una explicación poco coherente para explicar el origen y existencia de la vida. La vida funciona regida por leyes bien adecuadas a su existencia: pero estas mismas leyes de la naturaleza parecen impedir el origen de la vida en ausencia de una intervención externa.
El diseño y el problema del mal
Quien no quiere ver el diseño se aferra a la explicación alternativa más razonable. Los argumentos en contra del diseño comúnmente afirman: “Dios no habría creado de esta manera algún aspecto del mundo natural”. Estos argumentos invocan la imperfección y el mal que se observa en la naturaleza.
Incluso el genoma humano ha sido presentado como propenso al error, y por lo tanto no pudo haber sido creado por Dios.
Si Dios creo todo lo que vemos,¿Cómo puede ser un creador bueno cuando el mal abunda en la naturaleza, cuyo ciclos parecen depender del sufrimiento y la muerte? Y ¿Cómo entender las evidencias de violencia y extinciones en el registro fósil? Las opciones disponibles para una persona que razona van desde la negación de la bondad de Dios, hasta la negación de su intervención en el mundo natural, lo que a última instancia podría ser equivalente a la negación de su existencia.
Las imperfecciones no ocultan el diseño
Aunque la naturaleza ofrezca evidencias de maldad o errores, Un diseño imperfecto no implica lógicamente que no fuese diseñado.
Aún las bombas atómicas brillantemente diseñadas, los automóviles o celulares defectuosos han sido el resultado de un diseño.
Si no existiese un Dios creador bueno, ¿Sobre qué base ética podemos determinar qué es malvado en la naturaleza? ¿ Sería posible argumentar, como lo hizo Darwin, que la muerte y la lucha por la supervivencia son los yunques sobre los que se forjan organismos mejores? Según esta perspectiva, lo que los cristianos llaman “el mal” podría ser el buen mecanismo que emplea la naturaleza para renovarse y mejorar.
Este razonamiento pudo haber sido un elemento central en la ideología nazi. Hitler mismo escribió: “en la limitación de este espacio vital nace el impulso hacia la lucha por la supervivencia, y la lucha por la supervivencia, por su parte, contiene la condición previa para la evolución”. [4]
Faltando el creador como patrón absoluto del bien, lo que es bueno resulta relativo.
Por otra parte, si una naturaleza imperfecta testifica sobre un diseñador, ¿Es malvado el Creador, cómo algunos gnósticos creían?. Creer en el Creador requiere también creer en una rebelión, un conflicto entre el bien y el mal y una caída como se registra en la Biblia. Reconocer que la naturaleza que observamos hoy no es la misma que salió perfecta de la mano del Creador, sino es un pálido y deformado vestigio de lo que una vez fue.
La creación, tal como lo observamos ahora, está dañada, de manera que causa sufrimiento a todas las especies vivientes; Pero hay también en ella algo de belleza, que refleja la forma en que toda la naturaleza coopera para la supervivencia de la vida.
La interdependencia consiste en la manera de que diversos organismos o factores se relacionan unos con otros.
La naturaleza muestra que estas son tanto esenciales para nuestra existencia como hermosas para contemplar. Quizás el Creador planificó la naturaleza de esta manera para enseñarnos sobre la relación que él desea tener con su creación. [5]
La interdependencia consiste en la manera de que diversos organismos o factores se relacionan unos con otros.
La naturaleza muestra que estas son tanto esenciales para nuestra existencia como hermosas para contemplar. Quizás el Creador planificó la naturaleza de esta manera para enseñarnos sobre la relación que él desea tener con su creación. [5]
[1] M.T. Cicero, De Natura Deorum, del primer siglo antes de Cristo, disponible en línea en www.epicurus.net/en/deorum.html
[2] Romanos 1:20, NRV 1990.
[3]La manera precisa en que el universo posee todas las características necesarias para para permitir la existencia de la vida se llama en ocasiones "el argumento de la sintonización fina". A veces se le contrasta con el "principio antrópico": No existiríamos para observar la sintonización fina del universo a menos que el universo estuviera finamente sintonizado para permitir la existencia humana; la sintonización fina no es necesariamente evidencia de un universo diseñado. Un libro útil para avanzar más allá de los argumentos típicos es el de G. Gonzalez y J. W. Richards, The Privileged Planet: How Our Place in the Cosmos is Designed for Discovery. (Washington, D.C.: Regnery Publishing, INC, 2004).
[4] A. Hitler, Zweites Buch (1928). Krista Smith, trad., Hitler´s Second Book: The unpublished Sequel to Mein Kampf, Gerhard L. Weinberg, ed. (New York: Enigma Books, 2004)
[5]Génesis 1:27 NRV 1990.
[2] Romanos 1:20, NRV 1990.
[3]La manera precisa en que el universo posee todas las características necesarias para para permitir la existencia de la vida se llama en ocasiones "el argumento de la sintonización fina". A veces se le contrasta con el "principio antrópico": No existiríamos para observar la sintonización fina del universo a menos que el universo estuviera finamente sintonizado para permitir la existencia humana; la sintonización fina no es necesariamente evidencia de un universo diseñado. Un libro útil para avanzar más allá de los argumentos típicos es el de G. Gonzalez y J. W. Richards, The Privileged Planet: How Our Place in the Cosmos is Designed for Discovery. (Washington, D.C.: Regnery Publishing, INC, 2004).
[4] A. Hitler, Zweites Buch (1928). Krista Smith, trad., Hitler´s Second Book: The unpublished Sequel to Mein Kampf, Gerhard L. Weinberg, ed. (New York: Enigma Books, 2004)
[5]Génesis 1:27 NRV 1990.